La mayoría de las personas ricas, o con un alto nivel social son buenos lectores.
En cambio muchos pobres nunca se destacaron por ser buenos lectores, incluso en sus casas nunca tuvieron prioridad la compra, o el deseo de tomar prestado un libro de una biblioteca.
Preferían entonces entre otras cosas pasar largo tiempo mirando televisión cuando estaban con tiempo libre o utilizando su celular cuando tenían crédito para mirar cosas que le divirtiera y entretuviera.
Mientras las demás personas, especialmente aquellos que apuntan a superarse, parte de su tiempo libre lo dedican a capacitarse, viajar y ampliar sus conocimientos culturales.
Es indudable que las diferencias económicas y sociales se van generando a través del trabajo diario de cada ser humano consigo mismo.